jueves, 26 de marzo de 2009

Imperfecta

¿Existen las historias perfectas?

Realmente no me creo ni una sola de las palabras de esta pregunta.

Me tienen sentada en mi cocina de diseño, con mi ibook y una copa de vino con denominación de origen. Tras de mí, una ventana del ciberespacio dónde Jones me mantiene informada en todo momento de la vida social de este país y de fondo... ese aparato comúnmente conocido como televisión al que mis ganas ignoran tanto que no sé ni que pasa por ella.

Estoy en pleno proceso gripal, con la nariz siendo fiel amante de un pimiento verde y una voz de folklórica de noche que quitaría el puesto hasta a la mismísima Agrado.

Tengo organizado todo para el día de mañana. Concierto en la capital hispalense, dónde con mis mejores galas llegaremos mi catarro y yo. Y es que, no pienso quedarme en casa sólo porque a mis virus le apetezca hacer acto de presencia cuando el buen tiempo asoma a mi ventana.

Antigripales, maquillaje de noche, ropa de diseño, y un buen par de zapatos. Como diría la poyeya ¡La noche es para mí!

¿Realmente existen las historias perfectas? ¿Cuál es el autentico sentido de la perfección?

Posiblemente mi noche de hoy no sea perfecta... ni la de ayer... tal vez tampoco sea perfecta la noche de mañana.

Sería perfecta si un señor con acento francés llamara a mi puerta y me dijera: Mon Amour... vengó pahga quedahgmé... Pero como eso (de momento) no va a pasar, espero entre sueños, tinto y conciertos, que el hombre de mis sueños me diga algo más que un ¡Te espero en París!


Y cómo las historias perfectas (y siento ser yo quién se lo descubra) no existen, seguiremos creando historias de amor y desamor, de una noche y si acaso y como mucho... de dos. Pero con tinto, copas, glamour... y contigo, por favor ;)



Hoy no cuento nada en especial... Porque para mi hoy, cualquier historia tiene sentido. Hasta las imperfectas.



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