martes, 13 de enero de 2009

Ave Fenix... Ave Cesar... Ave Bradshaw

En un alarde de originalidad por mi parte y teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde mi último escrito, creo que debo empezar con una rotunda, dura y dolorosa aunque ya aceptada afirmación:

Tengo 30 años

Sí... es cierto hace un par de meses era impensable escuchar estas palabras de mi boca. Pero ha sido asumirlo y todo cambiar de golpe.

Aunque en capítulos anteriores Jones os puso en antecedentes de mi vida, esta, no ha sido contada por boca propia. ¡Ya era hora de que te lanzaras Bradshaw! Pensaréis muchos y estaréis en lo cierto.

Acabo de llevar a tierras onuyorkinas de un viaje maravilloso en la capital del reino, el que puedo describir como: productivo y derrochador. ¡No les cuento el recargo que me han cobrado por exceso de equipaje! Pero es tan divina la Grand Viê en estas fechas... que una solo puede tirar de visa y sumirse al placer del consumismo.

Estando allí recibí un correo electrónico que hizo que mi corazón diera un vuelco. Procedente desde el país vecino (tirando por el norte) alguien preguntaba cuándo podría poner pies en este estado para conocerlo al detalle al igual que todo lo que tenía que ver conmigo. (Si querid@s, pongan obscenidades varias en su mente que es lo que pasaba por mi cabeza en ese momento de regocijo y satisfacción. ¡Ah! y no me llaméis libertina ni crápula que ustedes, queridos fieles, serían y actuarían exactamente igual que yo)
Ni que decir tiene que mi respuesta fue rotunda y entre muchos interrogantes ¿¿¿AYER???

Con un galán como él, con su porte y su presencia, los días serían siempre felices (suspiros lascivos)

Tenía previsto volverme antes a Huelva York, pero no pudo ser... La Capital del reino tiene tanto encanto, que te atrapa y te envuelve como un amante. Haciendo casi imposible salir de allí.

Nieve mucha nieve y ¡oh! Sorpresa!!!! Una llamada y... María Smiler está por aquí. Comemos juntas todo light, sano y express, pues tenía que coger el puente aéreo hacia una importante gala aniversario-discográfica.



Tras una vuelta a mi hogar... frío hogar invernal, y un cine con mi queridísima Jones, la cual faltó en nuestra comida madrileña (¡Solo faltaste tú! Eras el king de nuestro king, que no se te olvide) me veo aquí, sentada en mi cama con mis manolos caseros convertidos en converse all stars, unos vaqueros donde caben dos "yo" y una camiseta roída de la Abeja Maya con el emblema de "Born in the 70's" Y es que, como yo, ella también tiene los 30.

¿Qué queréis que os diga?
Tengo 30 años, un gabacho que besa el suelo por el que camino... y definitivamente, me quiero.

Ah! y a vosotros... también os quiero

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